-Narra Leyre-
Estábamos en el avión, nos habíamos despedido de todo el mundo, pero no pude evitar derrumbarme, y Silvia también. Me puse a llorar, echaría de menos a mis padres y a mi hermano (con el cual estaba empezando a tener una buena relación). También a nuestras demás amigas, porque somos un grupo de cinco: Alicia, Sara y Cereza (el mote es una historia algo larga) estarían en Madrid todo el verano. A no ser que… Se me acababa de ocurrir la idea del siglo. ¿Y si convencíamos a sus padres de que las dejaran venirse con nosotras al menos la mitad del verano? Aun con esa idea seguía triste, en el instituto había un chico, un chico especial, éramos amigos pero a mi me gustaba y él empezó a salir con una chica estúpida que se llamaba Carla… Me hubiera gustado despedirme, pero desde que tiene novia hemos dejado de hablar. Se había vuelto un poco creído desde que salía con esa chica.
“Atención a los pasajeros, en 5 minutos aterrizaremos en Londres, apaguen sus teléfonos...”
Ya era hora de aterrizar, Silvia y yo nos secamos las lágrimas y decidimos no volver a estar tristes en todo el viaje. Era el momento de disfrutar el verano.
Yo: He pensado, ya se que es extraño en mi, que podríamos llamar a los padres de Cereza, Alicia y Sara para convencerles de que se vengan, aunque sólo sea un mes. ¿Que te parece?
Silvia: ¡¡Me parece genial!! Es una gran idea, y como te conozco se que te preocupa Dani, pero ahora conoceremos a más gente, a si que, don’t worry. Podemos despedirnos (por mensajes, tuenti o lo que sea) de Dani e Ignacio y así no pensar más en ellos, ¿sabes?
Leyre: Si quizá nos ayude, a demás, dicen que hay chico muy monos en Londres. (Dije con cara de pilla).
Silvia: (Silvia se rio escandalosamente, pero de pronto paró en seco). ¡Mierda! ¿¡ESA ES QUIÉN YO CREO QUE ES?!
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