domingo, 8 de julio de 2012

FOREVER YOUNG CAPÍTULO 4


- Narra Leyre -
Me giré rápidamente para ver quien era la persona que había hecho que Silvia parase de reírse. Cuando la vi no me lo pude creer, ¿qué demonios hacia aquí? La novia de Dani, Carla, se pasea tan tranquila por el aeropuerto, pero lo peor aun no había llegado, de repente a su lado apareció un chico alto, delgado, con el pelo marrón oscuro, corto y recogido en una cresta, Dani, Dani estaba con ella, iba a pasar el verano con esa. Al verlo no pude evitar derrumbarme y eché a correr al baño más cercano, ahora lo único que quería era estar sola. De camino al baño me choque con un chico por poco me caigo pero él me sujetó por el brazo, le miré de refilón, me disculpé y continué mi camino hacia el baño quitándome unas cuantas lágrimas de la cara con mis temblorosos dedos.
Cuando llegue al baño me metí en la primera cabina que vi vacía, cerré con pestillo, me senté en el suelo y rompí a llorar, aun no habían comenzado las vacaciones y ya estaba amargada por un idiota que no sabía apreciar lo que tenía.
- Narra Silvia -
Pude ver como la cara de Leyre cambiaba de curiosidad a espanto en una milésima de segundo, me quedé petrificada cuando se fue corriendo no podía hacer nada, él estaba aquí, le acababa de volver a romper el corazón. Vi como se chocaba con un chico rubio, con gafas de sol, un momento, ¿quién lleva gafas de sol en un recinto cerrado? Pero esa no era la cuestión ahora mismo, miré por ultima vez a Dani este se dio cuenta de que estaba allí y me saludó, no hice caso a su saludo, recogí las cosas y fui corriendo detrás de Leyre.
Entré en el baño y lo único que oía era el sollozo de alguien que lo estaba pasando realmente mal. Me acerque a la única cabina del baño que estaba cerrada, me agaché y dije:
Yo: No llores, ese chaval no se merece tus lágrimas… (no respondió) Veeeenga, deja de llorar. ¿Sabes qué? He visto que te has chocado con un chico bastante… Como decirlo… ¿Cañón? ¿Qué te parece si le perseguimos hasta conocerle eh? (Pude oír su risa, ya parecía más contenta).
Leyre: Tienes razón, no merece la pena, (abrió energéticamente la puerta de la cabina, me miró esperando a que me levantara y eso hice) ¿por dónde decías que se había ido ese chico taaaan cañón?
Nos alejamos del baño y fuimos corriendo a recoger nuestras maletas, mientras esperamos me dio la sensación de haber visto a alguien conocido, pero no estaba segura, serian imaginaciones mias, me suele pasar mucho.
Mientras miraba en busca de mi maleta, Leyre me dio un pequeño codazo en el estómago me giré para mirarla y me señaló a un lugar concreto del aeropuerto y me dijo:
Leyre: Parece ser que nos vamos a encontrar a todos los indeseables en Londres, ya no dejan ni que disfrutemos de las vacaciones…
Entroné un poco los ojos y me descubrí de quien me hablaba, Ignacio. Tenía razón Leyre no nos iban a dejar desfrutar del verano, maldita suerte la nuestra.
- Narra Leyre -
Salimos del aeropuerto intentando escondernos de Ignacio pero era imposible nuestras risas se debían oír desde España, no debía de haber visto unas cuantas veces porque se hacia el loco.
Cuando estábamos ya en la calle se nos escapó un largo: ‘Ohhh…’, respectivamente, mirábamos hacia todos lados era más increíble de lo que habíamos pensado. Nos fijamos que había un chico de unos veinte con un cartel que en el ponía: ‘Busco a Silvia y Leyre, de Madird’, nos miramos extrañadas, se suponía que vendría a buscarnos un profesor y ese chico alto, moreno de pelo oscuro y ojos claros no parecía precisamente un profesor. Nos acercamos tímidamente y dijo Silvia:
Silvia: Nosotras somos a quienes buscas, yo soy Silvia y ella es mi mejor amiga, Leyre (dijo señalando en mi dirección, salude sonriente y no pude evitar ponerme roja cuando nos dedico una sonrisa y un ‘Hola’ en español).
XXX: Yo soy Andrew, encantado de conoceros. (Dijo en un perfecto español) Yo os voy a acompañar a la universidad ya que esta bastante lejos de aquí. No creo que haya problemas para comunicarnos, se mucho español. Mi madre es española, pero shh, no se lo digáis a nadie. (Los tres reímos tontamente).
Nos metimos en su coche y nos explico un poco, por encima, lo que haríamos todas las semanas del verano. Clases, horarios de cena, desayuno, comida, excursiones y los fines de semana libres para hacer lo que quisiésemos.
Llegamos a la universidad y a cada cosa que veíamos se nos escapaba un: ‘¡Ohh…!’, llegamos a una gran puerta y Andrew se paró.
Andrew: Yo aquí ya no puedo entrar, son los dormitorios de las chicas. Vuestra habitación es la número 10 se encuentra a la derecha en los números pares, no es muy difícil de encontrar tranquilas. Bueno me tengo que ir ya, para lo que queráis llamarme a este número. (Nos dio un papelito con su número y la llave de la habitación. Se alejó, pero cuando estábamos a punto de entrar dio media vuelta y dijo): Se me olvido deciros que mañana tenéis el día libre, para que os acostumbréis a la ciudad. ¡Hasta luego!
Entramos por esa gran puerta y nos fijamos en el techo, estaba muy alto, demasiado. No nos costó nada encontrar nuestra habitación era de las más cercanas a la puerta principal. Dejamos las cosas en el suelo y abrimos la puerta, la habitación no era especialmente grande, pero eso no importaba, había dos camas a los lados, entre medias había una ventana y una mesita de noche, el cuarto de baño se encontraba nada mas entrar a la derecha. Recogimos las cosas del suelo y lo metimos todo en la habitación deshicimos las maletas, lo guardamos todo en los armarios que había a los pies de las camas (respectivamente).
Nos sentamos un momento en la cama, suspiramos, nos miramos y nos pusimos a reír como dos payasas.
Yo: ¿Te apetece ir a dar una vuelta antes de la cena?
Silvia: Si, me parece bien. (Nos levantamos y salimos a ‘investigar’ la universidad).
- Narra Silvia -
Estuvimos dando vueltas por el campus de la universidad hasta la hora de la cena, si, ya era tan tarde habíamos llegado sobre las dos de la tarde o algo parecido y entre pitos y flautas ya era por la tarde, con suerte ya habíamos comido en el avión.
Eran las 9:00 y nos dirigimos al comedor, Leyre, como no, probó de todo lo que había, no entendía como no se hartaba de comer, pero yo tampoco puedo hablar mucho, también comí hasta casi reventar.
Llegamos a la habitación a las 10 de la noche, llamamos a nuestros padres y nos metimos en la cama y antes de dormir Leyre dijo:
Leyre: ¿Qué te parece si mañana vamos al cine? He visto que hay una peli de Josh…
Yo: Si, me parece bien... (Dije cerrando los ojos y quedándome profundamente dormida)
Al día siguiente nos vestimos fuimos a desayunar y salimos para dar una vuelta por Londres, vimos muchas tiendas, tipos raros, paseamos por parques, vimos de lejos el Big Ben y el London Eye. Despues de comer en un Mc’ Donald nos dirigimos al cine.
Entramos a la sala de cine, y para variar con nuestra despistada forma de ser, llegamos tarde y las luces ya estaban apagadas, encontramos nuestros asientos y nos acomodamos, con una tonelada de palomitas y dos refrescos que habíamos comprado en la entrada.
Ya estaba comenzando la película cuando lo vi, esa cabeza tan desproporcionada solo la podía tener una persona en este mundo, no, No ,¡NO! No podía ser él. Era Ignacio, no lo entendía. ¿Que hacía aquí? ¿Qué hacía en este mismo cine? De repente me di cuenta, el tenía amigos aquí y vivirían cerca de auí. Según le vi me dio un espasmo típico de una película, y mientras escupía mi coca-cola en la cabeza de la persona que tenía delante, le di a Leyre semejante codazo que tiro todo su bol de palomitas encima de la persona que ella tenía delante.
Las dos personas de delante se giraron.
Desconocido 1: Gracias por las palomitas, la verdad es que tenía hambre.
Desconocido 2: ¡Tú siempre tienes hambre! Yo en cambio no tenia sed.
Yo: ¡Oh! lo siento muchísimo. Como puedo compensarte. (Me moría de vergüenza).
Desconocido 2: Pues si nos dais vuestros números de teléfono, no estaría nada mal.
La verdad no se les veía mucho, iban con gafas 3D y con gorras… pero eran amables, así que aceptamos a darles nuestros números y continuamos viendo la película intentando evitar pensar en el subnormal que había 5 filas mas adelante.
- Narra Leyre –
Silvia había tenido un ataque y aún no sabía porque, pero al menos conocimos a dos chicos muy majos, no pude evitar fijarme en que el chico hambriento llevaba una sudadera que llevaba una pequeña bandera de España, por lo que ya tendría de que hablar cuando nos llamaran.
Disfrutamos de la película, fue divertida, Salía uno de nuestros actores favoritos, Josh Hutcherson, asique era inmejorable.
A la salida empezamos a ver a una gran masa de chicas que parecían ser fans, Directiones según le oí decir a una de ellas, no nos lo esperábamos, nos emocionamos con la idea de pensar que quizá firmaran autógrafos en el cine o algo parecido. Pero de repente descubrí que era lo que le había causa el espasmo a Silvia, cuando al salir una voz conocida soltó un: ‘Este tipo de fans son patéticas, nadie querría fans así’. Eso ya lo había oído antes, era el chico que a Silvia le gustaba desde hacía dos años.
Al llegar de nuevo a nuestra habitación en la universidad:
Silvia: Dios mío! El universo está en contra nuestra. Venimos aquí a empezar una nueva etapa, olvidarnos de todo por lo que lo hemos pasado mal… ¿Y se presentan aquí? Espero no volver a encontrárnoslos.
Yo: Ya… Si es que lo que no nos pase a nosotras… ¿Qué tal si nos llenamos a comer chocolate y ver películas románticas dramáticas?
Al día siguiente salimos y compramos revistas, había que estar al día de los cotilleos de nuestros ídolos. Cuando vimos…

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